sábado, 20 de diciembre de 2014

Teatro del siglo XVIII - Barroco y neoclásico

Durante este siglo la mayoría del teatro que se escribía era teatro barroco de magia. Era un teatro dramático histórico-heroico y según la visión neoclásica con demasiados y estrambóticos personajes, enredos complicados, excesivo uso de tramoya, paisajes lejanos…
En 1762 Nicolás Fernández de Moratín escribe Desengaño al teatro español, obra en la que critica la comedia barroca por sus defectos morales y escasa verosimilitud. Esto supone el inicio del neoclasicismo. El teatro popular o barroco se siguió haciendo hasta finales del siglo.
En 1765 el ataque al barroco triunfa con la prohibición de los autos sacramentales y comedias de tema religioso.
Esta etapa es una vuelta al teatro clásico de Aristóteles y sus tres unidades. El argumento tenía que ser verosímil. Había que mantener la contención imaginativa, suprimiendo todo lo que podría considerarse exagerado y relacionado con el teatro barroco. Tenía finalidad educativa. La tragedia se considera el género más didáctico. Al principio este teatro no llegaba al público. El teatro se escribió en prosa para que fuera de comprensión más sencilla.

Ramón de la Cruz (1731-1794)

Se hizo famosos por su extensa composición de sainetes, provenientes del entremés barroco. Los sainetes siguieron gustando al público. Criticó la moda neoclásica y ridiculizó a L. Moratín e Iriarte.

García de la Huerta (1734-1787)

Casi único autor con éxito en la tragedia con obras como Raquel. En sus obras continua con la división en tres actos propia del barroco aunque escribe en versos endecasílabos, populares en el neoclasicismo. Tuvo graves enfrentamientos con otros autores de su época como Leandro de Moratín. L. Moratín escribió La Huerteida, obra en la que satiriza la imagen de García de la Huerta.

Ignacio López de Ayala (1747/50 – 1789)

Ayala ya se ve claramente vinculado con el neoclasicismo en su Numancia destruida, tragedia escrita en 5 actos y versos endecasílabos.

Tomás de Iriarte (1750-1791)

Iriarte fue de los primeros en escribir teatro ilustrado, 1770. Sus comedias fueron fuente de inspiración para Leandro Fernández de Moratín.

Leandro Fernández de Moratín (1760-1828)



Moratín escribió un teatro ilustrado que seguía las reglas del teatro clásico. Su producción son todo comedias puesto que entiende que es el género mediante el cual mejor podía expresar sus críticas morales y didácticas. El tema más recurrente del teatro de Moratín es en el que un hombre mayor se casa con una jovencita, El sí de las niñas. Otra obra importante fue La comedianueva en la que satiriza el teatro barroco por su tono melodramático y el exceso de efectos escénicos. Se piensa que don Eleuterio pudo ser Luciano Francisco Comella y que la obra sea una burla.


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