El
Lazarillo tiene
cuatro primeras ediciones, todas en 1554 pero de diferentes sitios: Alcalá de
Henares, Medina del Campo, Amberes y Burgos. Es de autor anónimo aunque existen
varias hipótesis. Las más seguidas son el poeta Diego Hurtado de Mendoza o
Alfonso de Valdés.
Cinco
años después de su publicación, El Lazarillo, se prohíbe por la Santa
Inquisición.
La
vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades es el título completo.
Pertenece al género de las epístolas, carta de una vida. Todo el libro es una
carta que Lazaro escribe para contar el caso a “vuestra merced”. El caso es que
su mujer se acuesta con el arcipreste a cambio de que él les mantenga y les
proteja. Lázaro se siente dolido porque le pidan detalles de algo que le
humilla. Le explica a “vuestra merded” que lo mejor es que le cuente su vida
desde el principio para que se de cuenta de por qué soporta el engaño con su
mujer-al menos no pasa hambre en esa situación.
Argumento
Lázaro
tiene una dura infancia. Su padre era un delincuente que para ser absuelto por la justicia se va a luchar
contra los moros y acaba muriendo en la lucha. Su madre no tiene más remedio
que hacerse prostituta. Su madre da a Lázaro a un ciego a los nueve años de
edad. Se hacen putaditas entre ellos, como beber vino del ciego usando una
caña. Lázaro al final se busca otro amo, un clérigo.
El
clérigo no le da de comer. Donde vivía con el clérigo había un baúl con pan.
Lázaro consigue una copia de la llave del baúl y se va comiendo el pan duro
poco a poco mientras acusa a un ratón. Esos días hay una culebra por la casa.
Lázaro se guarda la llave en la boca por las noches y al respirar producía un
silbido. El clérigo oye el silbido y relaciona el sonido con la culebra. Al ser
de noche le da un palazo, se da cuenta de que era Lázaro el que se comía el pan
y a Lázaro le toca buscarse otro amo ya que no podía pedir dinero solo en la
calle porque era muy joven.
Pasa
una temporada con unas mujeres que le cuidan. Son las primeras mujeres con las que
Lázaro tiene relación. Su tercer amo es un hidalgo arruinado, quien aparenta
riqueza aunque no tenía ni para comer. Para la sociedad es alguien elegante,
galán y educado. Aparenta porque si no tiene renta para el título de noble se
le retira y se ve obligado a trabajar. Con el hidalgo, Lázaro vive en peores
condiciones que con sus dos amos anteriores. La comida corre a cargo de Lázaro
que consigue algo pidiendo limosna. Lo que Lázaro aprecia de este amo es que le
da conversación y le trata de igual. Lázaro es abandonado por el escudero
cuando viene un alguacil a pedir dinero por el alquiler de la casa.
Luego
tiene otros muchos amos en las que las historias son mucho más breve. Tiene un
amo fraile mercedario, un buldero que hacía trampas y magia, un maestro de
pintor de panderos y un capellán. Su último amo es un arcipreste. La mujer de
Lázaro es criada del Arcipreste y se acuesta con él. Al final de la carta a
“vuestra merced” Lázaro dice que cada uno vive como puede. Al final no ha
salido tan mal parado. Ha conseguido no pasar hambre.
Estilo
Tiene carácter
autobiográfico. Es una novela verosímil y muy realista. Lázaro trata la
realidad con ironía y un aspecto crítico.
Segundas partes
Hubo
muchas segundas partes de El Lazarillo. Hubo una muy curiosa en Amberes,
también anónima. La mujer de Lázaro tiene un hijo que no se explica de quién
es. Lázaro se embarca, se cae del barco en alta mar y se convierte en atún.
Participa en una guerra de atunes y acaba siendo rey. Se casa con una atuna, es
pescado y al salir del agua recupera su forma humana.
Juan de
Luna escribió otra segunda parte, Segunda parte de la vida de Lazarillo de
Tormes que tuvo un gran éxito, casi como el primer Lazarillo. Criticó la
segunda parte encontrada en Amberes. Juan de Luna demuestra haber leído a
Cervantes y Quevedo. En esta segunda parte Lázaro también tiene un hijo. Se
marcha y lo deja a cargo de su mujer y el Arcipreste. Tiene aventuras, es secuestrado y rescatado por el Arcipreste. Al
volver su mujer ha tenido más hijos. Esto hace que Lázaro se vea obligado a
marcharse. Vuelve a tener nuevos amos.
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