Tristana es una
obra de Benito Pérez Galdós de 1892 que pertenece a sus novelas espirituales.
Está escrita en un momento caracterizado por el contraste entre estabilidad
política y la alternancia de poder entre conservadores y liberales. La obra de
Galdós se caracteriza por su marcado y nítido realismo apoyado en el
espiritualismo. Para la elaboración de esta novela, Galdós recurrió se inspiró
en Don Juan Tenorio para el personaje de Don Lope. Igualmente se recurre
a la historia del viejo y la niña, ya relatada anteriormente en obras como El
sí de las niñas.
La novela manifiesta la situación de opresión de
la mujer en el siglo XIX a través de la figura de Tristana, una joven huérfana
a cargo de Lope, donjuán ya mayor que hace las veces de padre y de amante sin
haber contraído matrimonio con ella. La primera parte de la novela presenta a
los personajes principales, y relata la situación por la que Tristana llega a
casa de D. Lope y convive también con la criada Saturna, su amiga y
confidente. Don Lope es un exponente de
los valores medievales, con una peculiar moralidad de galán y caballero ya pasada
de moda en el siglo XIX.
Tristana no consigue integrarse en la sociedad de
su época, porque imagina un futuro más libre, con una clara conciencia de su
condición femenina; pero, con la incomprensión de sus dos amantes y la falta de
preparación a la que, por ser mujer, la condena la sociedad de finales del
siglo XIX. La sociedad solo contempla cuatro opciones para la mujer: casarse,
ser artista, monja o prostituta. Al final la mutilación de su pierna supondrá
también la mutilación de sus ideales. Para remediar su situación económica el
anciano y la joven se deben casar, a pesar de sus ideas en contra del
matrimonio que ambos defendían al inicio de la obra. La frase final trasluce el
irónico desencanto del narrador frente al conformismo y la insipidez a la que
han llegado la vida de los protagonistas, antes llena y alegre: “¿Eran felices
uno y otro? Tal vez”
Se puede ver como una novela antifeminista, ya que las
aspiraciones de Tristana son tratadas como sueños imposibles y no como causas y
lo que mejor demuestra esta postura es el desenlace, en el que Tristana, olvida
toda su lucha y se mantiene como mujer humilde en su casa siguiendo el
determinismo característico de la época. El narrador da a conocer el feminismo
como una postura basada en inútiles ilusiones por los personajes de Horacio,
que la sigue la corriente porque ve sus aspiraciones como sueños y su canon de
mujer perfecta es una típica de su época, y en Lope, que la anima a seguir sus
sueños cuando está enferma pero no porque los vea posibles sino para darle
alegría de vivir. Aunque en la descripción inicial de los ideales de la
protagonista se ve un voto a favor del feminismo, finalmente lo posiciona como
absurdo.
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